Bienvenida
Sean bienvenidos a esta sección de pastoral que según el carácter propio de los Centros Educativos Agustinianos, el Departamento de Pastoral es un núcleo dinamizador de las actividades que encarnan los valores cristianos, las grandes opciones definitorias del Centro y la educación integral de los alumnos desde una doble dimensión: personal y social.
El Departamento por tanto, ocupa un lugar central en el Organigrama escolar y vela por los programas de pastoral y las acciones explícitas encaminadas a impulsar el proceso dinámico y global de la evangelización. (Carácter propio de los Centros Educativos Agustinianos. p. 15).
Nos mueven dos Valores fundamentales: el Amor y la Interioridad con sus subsecuentes valores: Amor, Interioridad, Comunidad (Amistad, Fraternidad), Responsabilidad, solidaridad, verdad y libertad.
Durante el presente curso escolar 2024 - 2025, el Objetivo Pedagógico – Pastoral presenta el siguiente hilo conductor:
En 2025 la Iglesia Católica celebra Año Santo, un Jubileo convocado por el Papa Francisco para toda la Iglesia bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”. Este período extraordinario de gracia y renovación espiritual suele celebrarse cada 25 años o ante determinadas circunstancias especiales e importantes.
La propuesta del Papa Francisco
El Papa Francisco propuso este lema para el Jubileo hace dos años, en plena resaca de la pandemia. Tras el parón, el miedo y el dolor que creó, especialmente entre los más débiles y los excluidos, la intención era recuperar lo mejor del ser humano. Dijo:
“Debemos mantener encendida la llama de la esperanza (…) y hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras.
El Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, (…) por esa razón elegí el lema ‘Peregrinos de la Esperanza’. Será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones (…) vivir de manera humanamente digna. (…) Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas.
(…) A la conversión deben unirse aspectos fundamentales de la vida social para formar un conjunto coherente. Sintiéndonos todos peregrinos (…) no descuidemos, a lo largo del camino, la contemplación de la belleza de la Creación y el cuidado de nuestra Casa común, (…) expresión esencial de la fe en Dios y de la obediencia a su voluntad”.
San Agustín
La virtud de la esperanza no es un asunto ajeno a san Agustín y al carisma agustino recoleto, así como la idea de “peregrinar juntos”. El Jubileo 2025 es una oportunidad para profundizar en la espiritualidad agustiniana y materializarla en obras y actos.
El valor agustiniano que se desea profundizar en el curso lectivo es la amistad, en profunda conexión con el propio Jubileo. Así, ante el reto de la superficialidad y de la indiferencia insensible, la amistad aporta vínculos de simpatía y empatía.
En el caso de la amistad según san Agustín, su ideal es “tener todo en común” y dirigirse “juntos” a la búsqueda de Dios con “una sola alma y un solo corazón”. Esto implica que la amistad, vivida conforme a la propuesta agustiniana, implica necesariamente la confianza, la confidencia, la lealtad y la entrega personal al bien común.
Objetivos
El Jubileo 2025 permite a la Familia Agustino-Recoleta dar a conocer y profundizar en la experiencia agustiniana de la peregrinación de los amigos: caminar sin sentirse solos, unirse en un destino común, acompañarse mutuamente.
En medio de noticias diarias sobre conflictos y guerras, en la Familia Agustino-Recoletafomentamos la paz, el cuidado, el buen trato, la comunidad… Son signos de esperanzapara nuestro mundo y, sobre todo, para quienes más sufren las consecuencias de sus contravalores: el egoísmo, el individualismo, el revanchismo, la indiferencia o la imposición por la fuerza de ideologías, de gobiernos, de poderes o de costumbres.
También es una oportunidad para que la Familia Agustino-Recoleta fomente su espíritu de servicio y solidaridad, apoyar desde la retaguardia a las zonas de misión y los proyectos pastorales socio-transformadores. Aseí seremos, también, “misioneros de esperanza”.